¡Será que son tan importantes en mi vida que hasta tienen la segunda entrada en mi blog! Es una lástima que mas de una vez no lo haya podido ver, pero sin dudarlo un solo segundo se que son demasiado para mí.
Mas de una vez me sentí abandonada por ustedes, sentí desprecio de su parte, pude ver como es que yo pasaba a un segundo, tercer, quinto, décimo noveno plano en sus vidas. Muchas veces me quedé observándolas desde otro plano, viéndolas reír, divertirse, veía como ustedes eran amigas y yo ahí solo era un parásito. Nunca, en todos y cada uno de los momentos en los que me sentí triste estando o pensando en ustedes, pude entender que es lo que realmente pasaba. Me preguntaba si tan diferente era yo, si tan malas eran ustedes. Ahora, después de noches como la de anoche, junto a ustedes, creo que nada de eso pasaba en realidad, eran simples imágenes que mi imaginación proyectaba y me inventaba. Entonces yo creía todo lo que veía, pero nada era real. Ustedes son normales, chicas, la anormal soy yo. Soy yo la que ve fantasmas donde no los hay. Soy yo la que no sabe entender que en grupos grandes nunca todas van a ser amigas. Soy yo la que nunca entendió que ustedes no me ignoran, que simplemente son así. Soy yo la que necesito todo el tiempo de una atención anormal. Creo que soy dependiente. Si. Dependiente de ustedes y de todas las personas que quiero. Necesito que estén encima mío, que sepan que me pasa, que pregunten por mí, que me extrañen, que me necesiten. Y cuando eso no pasa me enfermo. Bien literalmente hablando.
Necesito pedirles perdón, se que mil veces mas, en lo que resta de mi vida, voy a volver a sentirme abandonada, dejada, usada, olvidada, pero también se que mil veces mas voy a darme cuenta que no eran tan así. Las quiero, es inevitable. Las necesito, son una parte de mí. Las extraño, en cada momento. LAS AMO.
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